jueves, 10 de abril de 2008

Hablar porque si (2ª parte)




En la edición anterior de "Hablar porque sí" pudisteis comprobar las perlas que me soltaban durante mi superembarazo gemelar. Bien, pues no creáis que la fuente de inspiración se ha secado. Ahora, con mis dos criaturitas, sigo comprobando la creatividad (por llamarlo de alguna forma) de quienes me abordan con sus comentarios, la mayoría desconocidos (los abordantes, no los comentarios) quienes ven en mi cochecito gemelar una invitación a la conversación...

La fórmula es la misma que la otra vez, entre paréntesis mis pensamientos...

- "Anda, ¡no te aburrirás no!" (Antes tampoco...)

- Uy... La parejita, ¡ya has cumplido! (¿Cumplir con qué? ¿con quién? Si acabo de empezar, queremos tener 6 por lo menos...)

- Ahora tu marido a cortársela (aqui ya me enciendo, ¿y por qué no te cortas tú un pelo, impertinente de mierda...)

- ¡Qué diferentes son! (Pa empezar uno es niño y la otra niña, ¿sigo con las diferencias? ¿te hago un dibujo?)

- Esta es más movida, el otro más tranquilo (de verdad, lo oigo taaaaantas veces al cabo del dia que ya no sé ni qué decir...)

- ¿Qué, se enfada? (una tipa intentando quitarle el chupete) Aquí sí contesté: "si le tocan las narices..." y qué agusto me quedé...

- Anda, todavía no le habéis puesto los pendientes... (¿a quién de los dos? Ni se los vamos a poner señora) Esta última nos lleva a la siguiente:

- ¿Qué son, dos niños? (No, niño y niña) Ah, como no lleva pendientes... (Ya bueno, al nene le vamos a poner un piercing en la ceja para su primer cumpleaños)


Bien pues esto es todo por ahora, me despido hasta la siguiente edición de "Hablar porque sí"

1 comentario:

Nia dijo...

Todavía saco las uñas cuando me acuerdo de que una tipa que lo único que sabía de mí es que yo era la novia del Habibi me preguntó, "¿y a qué esperas?". De verdad que la gente qué ganas tiene de montarle la familia a los demás.

Sobre los pendientes, haces bien en no ponérselos a la nena de bebé. Les duele un montón, y si se les ponen demasiado pronto, cuando crecen el agujerito está muy pegado a la cabeza, como fuera de sitio. Igual te sale coqueta y con tres añitos te los pide!

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