domingo, 29 de noviembre de 2009

Silencio, por favor




Asi estoy, o debería estar. En silencio. Y no porque me haya recluído en un convento de clausura como auguraba mi padre cuando era pequeña, para tocar las narices más que nada. Todo es por culpa de una dichosa faringitis que ha elegido mi garganta para pasar unas vacaciones. La muy hijaputa, qué dolor. He pasado dos días sin poder articular sonido alguno, con lo que soy yo de darle al pico!
Como tratamiento, además de los opiáceos típicos, jeje, me han aconsejado "reposo de la voz". Os puedo asegurar que es el ejercicio más difícil que he hecho en toda mi vida. No hablar. Prefiero hacer abdominales o flexiones. Lo juro.
Pero como de todo en esta vida se puede sacar algo positivo, tengo a Padelman más contento que unas pascuas... Cómo se preocupa por mi, me demuestra su ¿amor? a diario: "Querida, no hables, que va a ser peor para tu garganta"... EJEM

2 comentarios:

Unknown dijo...

¿Y como domas a las fieras?...Me refiero a los cachorros, no a Paddleman.

Juanita Castillo dijo...

Pues malamente, amigo Portero, muy malamente... Ha sido terrible. De verdad. Aun no estoy del todo recuperada.

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