Desde hace cinco meses, la presidenta y un servidor de ustedes vemos la televisión. No se crean que antes no teníamos una, sino que en tiempos remotos, además de verla, la escuchábamos que para eso es un medio multisensorial. Pero desde que nuestro cachorrín (como dice Juanita) esta entre nosotros, concretamente sentado en una hamaca entre la tele y el sofá, ya no la escuchamos, no porque no queramos, sino porque mi hijo ha decidido que nuestro extraordinario LCD no es interesante y que él tiene cosas mejores que contar. Además he descubierto que un niño tiene más volumen que un televisor...por mucho que subas el volumen, él siempre puede hablar más alto.
P.D.: La tele sin voz no es divertida, salvo que sea una película de Chaplin.
1 comentario:
Te entiendo a la perfección, nostros también la vemos, solo que la banda sonora externa es en estéreo, imagínate...
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