- ¿¿Dooooos?? (-si, sabes contar no?)
- Hala, ¿y tenéis antecedentes? (-si, mi marido por atracar un banco y yo por agresión...)
- Uy, la que te espera... (¿Ah, pero cuantos pares de gemelos has tenido tú?)
- Puf, ¡qué horror! (Horror tener tu cara, h*** p**a)
Y claro al pasar las semanas, cosas extrañísima, la barriga crecía y crecía...
-¡Si no cabes casi por la puerta! (Tienes razón, mejor sal tu a ver si te cabe mi zapato en el culo...)
- Chica, ¡qué dimensiones! (-si, en contreto, tres)
- Te estoy mirando y me está entrando una angustia... (-Pues conozco un buen profesional que podría ayudarte)
- Te acompaño en la pena negra (- Ya te acompaño yo a urgencias con el ojo negro que te voy a poner...)
- Da miedo mirarla... (-pues tu das arcadas, gilipollas)
Si alguien se siente ofendido por la dureza de mis pensamientos, que se joda y se vaya a otro blog, que para eso este es nuestro. En mi defensa diré que el embarazo conlleva un cóctel interno de hormonas en estampida, y a mi se me despertó la agresividad, qué le vamos a hacer.
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